Fiesta de la Virgen del Carmen en la Basílica.

En la Basílica de la Purísima tenemos una de sus capillas dedicada a esta advocación de la Virgen María. Por eso no podemos dejar de celebrar de forma especial la fiesta de la Virgen del Carmen.

Así el próximo martes 16 de julio a las 7 de la tarde, tendrá lugar en el Altar Mayor de la Purísima la exposición del Santísimo Sacramento para la adoración personal. A las 7 y media se rezará el Santo Rosario y a las 8 se celebrará la Eucaristía de este día dedicado a la Virgen María en su advocación del Monte Carmelo.

Al terminar la Santa Misa, cantaremos las letanías en honor de la Stma. Virgen del Carmen, acompañando a su imagen en una procesión claustral por las naves de la Basílica.

«La Reina del Monte Carmelo». Por José A. Abellán.

Una de las devociones mas entrañablemente española es la devoción a la Virgen del Carmen. El origen de la Orden del Carmelo está en Tierra Santa, en la cima de aquel monte donde el profeta Elías defendió la fe verdadera frente a todo un pueblo que había sucumbido en el paganismo víctima de la mala dirección de sus gobernantes. Sin embargo la Virgen del Carmen ha sido y es profundamente española, entre otras circunstancias, gracias a la reforma carmelitana de Santa Teresa de Jesús y de San Juan de la Cruz.

Virgen del Carmen con las Ánimas del PurgatorioA la Virgen del Carmen están dedicados multitud de templos e infinidad de altares en las iglesias y de capillas en los hogares. La medalla escapulario de la Virgen del Carmen es la más usada con mucho frente a otras medallas que también honran a la Virgen María. El nombre de Carmen y María del Carmen es de los más sonoros, agradable y dulce a los oídos que puede llevar una mujer.

La Virgen del Carmen es patrona de gran cantidad de poblaciones que hacen fiesta en su honor. En su condición de la cercanía al mar ha sido proclamada patrona de los pescadores, de la Marina Española y de todas las gentes de la mar, hay también muchas cofradías instituidas bajo su amparo y protección especialmente las que tienen como fin la piedad para con las Ánimas del Purgatorio…

Pero lo más grande de la Virgen del Carmen es precisamente aquello que la hace especial entre otras advocaciones de la Virgen: Su traje de penitencia. La Virgen del Carmen va vestida de marrón que es el color de la austeridad, del peregrinaje y de la penitencia y de la pobreza. La Virgen así vestida nos muestra su más secreto tesoro. El alma de la Virgen no es lujosa ni ostentosa ni ambiciosa de riquezas terrenales; el alma de la Virgen está desasida de los bienes de este mundo para andar diligente a alcanzar los bienes de la eternidad, para ponerse al servicio de Dios y al servicio de los hombres.

El verdadero devoto de la Virgen María no puede pasar por alto esta característica tan particular que nos presenta esta fiesta que hoy celebramos, no puede dejar de querer ser como ella y de vestir el traje que ella nos ofrece con el regalo de su escapulario.

Yecla ha vivido en otras fechas con gran intensidad esta fiesta de la Virgen en medio de los calores del verano. En nuestra parroquia se sigue celebrando fielmente todos los años con una misa solemne y una procesión claustral.

Acudamos a honrar a la Virgen y a ponernos su bendito escapulario. Pidámosle que nos alcance la gracia de vivir con sencillez, humildad y alabanza viendo siempre en nuestro prójimo una imagen cierta del Señor a quien hemos de amar.

Que esta fiesta de Nuestra Señora del Carmen nos aproveche a todos para crecer cada día mas en amor hacia ella y por ella hacia el Señor que nos ama y nos perdona.

José Antonio Abellán.

Próximos actos con motivo de la festividad de la Virgen del Carmen.

Como ya es tradición, en la Basílica de la Purísima Concepción de Yecla celebramos también la festividad de la Reina del Carmelo, la Stma. Virgen del Carmen.

Con este motivo el viernes 13, sábado 14 y domingo 15 de julio, celebraremos un triduo preparatorio para la fiesta del Carmen, que comenzará a las 19:30 h. con el rezo del Santo Rosario, posteriormente la Eucaristía a las 20 h., concluyendo con una oración a la Virgen.

El lunes día 16, festividad de Ntra. Sra. del Carmen, celebraremos la Eucaristía a las 8 de la mañana y a las 8 de la tarde, con impoisición del escapulario del Carmen para todos aquellos que lo deseen.

Al finalizar la celebración vespertina tendrá lugar la procesión claustral por las naves de la Basílica, portando en andas la imagen de la Virgen del Carmen que se encuentra en la sacristía de la Capilla de la Comunión.

BENDITA ES LA REINA DEL MONTE CARMELO

El próximo lunes, día 16, es la fiesta de Nuestra Señora del Carmen, una de las fiestas populares más entrañables que el pueblo cristiano dedica a la memoria de la Virgen María.

El origen de esta conmemoración se remonta al siglo XII cuando un grupo de peregrinos y soldados de las Cruzadas decidieron retirarse al Monte Carmelo y hacer en ese lugar vida de ermitaños dedicados a la oración, la contemplación y la penitencia y se pusieron bajo la protección de la Virgen María.

Muchos siglos antes, 870 años antes del nacimiento del Señor, en ese mismo monte el profeta Elías defendió la fe en Dios frente a un rey y un pueblo que había renegado de él y se había hecho pagano adorando a Baal, el “señor” de los poderes de este mundo. Había una prolongada sequía que duraba más de tres años. Por la oración del profeta una pequeña nube se levantó por el mar Mediterráneo y al poco tiempo empezó a llover copiosamente.

Aquellos ermitaños del Carmelo interpretaron que esa pequeña nube que derramaba la lluvia sobre la tierra y la hacía germinar era una figura de la Virgen María y por eso la nombraron su Patrona en el monte donde se demostró la verdad de la fe en Dios, único Señor del Cielo y de la tierra.

Hoy, aunque parezca que no, hay muchas personas que adoran a los baales en vez de adorar a Dios. Creen que la vida depende de tener asegurados los bienes de este mundo, especialmente la salud, el dinero y los afectos. La Virgen María sale a nuestro encuentro para recordarnos la verdadera fe, la que ella tuvo y de la que vivió todos los días de su vida. La Virgen nos invita a la oración sincera desde lo profundo de nuestro corazón, a la penitencia y a la contemplación en la escucha atenta de la Palabra de Dios como ella misma supo hacerlo.

El traje con que se representa a la Virgen bajo la advocación del Monte Carmelo es, precisamente un traje de peregrina, de ermitaña, de penitente, por eso es de color marrón, y el escapulario que lleva en las manos es una invitación a vivir de la misma manera.

En la ciudad de Yecla la devoción a la Santísima Virgen está profundamente arraigada en el corazón de muchos hijos de este pueblo. Escuchemos en este día de la Virgen del Carmen la voz humilde de María que nos invita a acercarnos más al Señor. Tanto en Lourdes como en Fátima los videntes dicen que oyeron a la Virgen hablar con insistencia de la penitencia. La vidente Lucía en Fátima, que después se hizo carmelita en Coimbra, preguntó en qué consistía hacer penitencia y dice que la Virgen le respondió: “Hacer lo que se debe hacer”. Eso es la penitencia. Es lo mismo que los oyentes de San Pedro preguntaron al apóstol el domingo de Pentecostés: “¿Qué debemos hacer?” Pedro les respondió: “Arrepentíos y bautizaos en el nombre de Jesucristo para que se os perdonen los pecados y recibiréis el don del Espíritu Santo”. Eso es lo que nosotros debemos hacer también, eso es “hacer lo que se debe”.

La devoción a la Virgen no consiste en un estéril sentimentalismo o en una simple admiración, sino en una sincera imitación, en una voluntad de aprender de ella a vivir de la fe en Dios en las duras y en las maduras. Tanta referencia a la penitencia y a la conversión hace la verdadera devoción a la Virgen que a Nuestra Señora del Carmen se la invoca también como protectora de las Almas del Purgatorio, de aquellos hermanos nuestros que, muertos en la Gracia de Dios y herederos del Cielo tienen que purificar las consecuencias de los pecados que han cometido mientras han vivido en la tierra. Para purificar sus culpas necesitan de la ayuda de los Santos y de los que todavía peregrinamos. La Virgen María y los Santos del Cielo los asisten con sus consuelos e intercesión ante el Señor, nosotros aquí en la tierra remediamos las consecuencias de sus pecados con las obras de caridad para con el prójimo, con la oración y, sobre todo, con la ofrenda del Sacrificio de Cristo en la Eucaristía aplicando por ellos el Sufragio de la Santa Misa.

Que la devoción a la Virgen del Carmen nos ayude a todos a crecer en la verdad, la alegría y la belleza de la fe cristiana, la única que devuelve al ser humano la dignidad perdida y la eleva a cotas insospechadas: La altura del Cielo.

José Antonio Abellán