65 jóvenes reciben el Sacramento de la Confirmación.

El pasado domingo 22 de abril a las 12 del mediodía en la Basílica de la Purísima, tuvo lugar la celebración del sacramento de la confirmación, presidida por el Sr. Vicario Episcopal de la zona Cieza-Yecla, D. Ángel Molina Navarro.

51 adolescentes se han preparado durante tres años para recibir el don del Espíritu Santo en el sacramento de la confirmación. Seis catequistas: José Miguel Azorín, Javier hernández, Juan Martínez, Felipe Arnao, Francisco Martínez, y Pascual Gil, en compañía del Vicario Parroquial de la Purísima D. Asensio, han aconpañado a estos jóvenes en su formación.

A ellos se unieron 13 adultos-jóvenes que tambíen han pedido a la Iglesia recibir la confirmación para fortalecer su fe. Éstos se han preparado durante los últimos meses con unas catequesis intensivas que han tenido lugar en nuestra Parroquia, impartidas por un equipo de catequistas conpuesto para este fin por Inmaculada Puche, Pilar Disla, Pedro Luis López Torres, Juan David Díaz y Sara Ortuño.

Desde la Basílica de la Purísima queremos expresar nuestra gratitud a todos los catequistas que han realizado este servicio a la Iglesia y a los hermanos.

Fue una celebración gozosa, con una alta participación de fieles que abarrotaron las naves de la Basílica.

Que el Señor bendiga a todos jóvenes, y derrame sobre ellos copiosamente el don del Espíritu Santo.

70 jóvenes de confirmación participan en el encuentro juvenil de la zona pastoral Cieza-Yecla

El sábado 21 de abril, tuvo lugar en la localidad de Archena el encuentro de jóvenes adolescentes que anualmente se celebra en nuestra zona pastoral (Cieza-Yecla).

Setenta jóvenes de primer y segundo curso de catequesis de confirmación, acompañados por dos catequistas y el Coadjutor de la Basílica, participaron en este acontecimiento junto a más de 500 jóvenes llegados a Archena de localidades como Jumilla, Cieza, Abarán, Blanca… y del mismo Archena.

El encuentro comenzó con la acogida de todos los participantes con una chocalatada. Después se introdujo el día con la oración, catequesis por grupos, y antes del mediodía la celebración de la Eucaristía presidida por el Sr. Vicario Espiscopal D. Ángel Molina. Tras la comida, se llevaron a cabos distintas actividades lúdicas. El encuentro se clausuró a las 5 de la tarde con la oración de envío.

El Sr. Vicario entregó el la Cruz de los jóvenes a los participantes de Yecla, por lo que recogemos el testigo para ser sede y organizadores del encuentro de jóvenes de la zona pastoral Cieza-Yecla el próximo año.

San Juan de Ávila habla:

Con motivo de la visita a nuestra Diócesis de Cartagena del relicario que contiene el corazón de San Juan de Ávila, ofrecemos este texto extraído de su obra «Audi filia»:

Lenguaje del mundo y honra vana

     Al lenguaje del mundo no le hemos de oír, porque es todo mentiras, y muy perjudiciales a quien las cree, haciéndole que no siga la verdad que es, sino la mentira que tiene apariencia y se usa. E así engañado echa atrás sus espaldas a Dios y a su santo agradamiento, y ordena su vida por el ciego norte del aplacimiento del mundo. Semejante a los soberbios romanos, que por la honra mundana deseaban vivir y por ella no temían morir. Y así, hecho el hombre esclavo de la vanidad, pierde la amistad del Señor, cumpliéndose lo que Santiago dice: El amistad de este mundo enemistad es con Dios. Y si alguno quisiere ser amigo del mundo, constituido es enemigo de Dios.

     Mas mirad que el mundo malo, a quien no hemos de oír, no es este mundo que vemos y que Dios creó, mas es la ceguedad y maldad y vanidad, que los hombres apartados de Dios inventaron, rigiéndose por su parecer y no por la lumbre y gracia de Dios, siguiendo su voluntad propria y no sujetándose a la de su Criador; y poniendo su amor en las honras y deleites y bienes presentes, siéndoles dados no para pegarse al corazón en ellos, mas para usar de ellos recibiéndolos y sirviendo con ellos al Señor que los dio. Éstos son los mundanos tan miserables que de ellos dice Cristo nuestro Señor: El mundo no puede recebir el espíritu de la verdad, porque, si este corazón malo y vano no echa de sí, no podrá recebir la verdad del Señor. Porque es tan grande la contrariedad que hay del uno al otro, que quien de Cristo y de su espíritu quisiere ser, es necesario que no sea del mundo; y quien del mundo quisiere ser, a Cristo ha perdido. Y pues cualquier hombre bueno debe aborrecer el hablar mentidas y oírlas aunque sea sin perjuicio ajeno o suyo, ¡cuánto deben ser aborrecidas aquellas que llegan hasta privar al hombre de la virtud y verdad, y desnudarle de la rica joya de la amistad del Señor! Y también porque, después que el mundo despreció al bendito Hijo de Dios, que es eterna Verdad, no hay por qué cristiano ninguno le crea, mas antes viendo que fue engañado, no conociendo una tan clara luz, aquello repruebe que el mundo aprueba, y aquello ame que el mundo aborrece, huyendo con mucho cuidado de ser preciado de aquel que a su Señor despreció, y teniendo por cierta señal [de] ser amado de Cristo, ser despreciado del mundo.

Remedios

     Y si el tropel de la humana mentira quisiere cegar o hacer desmayar al caballero cristiano, alce sus ojos a su Señor, y pídale fuerzas, y oya sus palabras que dicen así: Confiad, que yo vencí al mundo. Como si dijese: «Antes que yo acá viniese, cosa muy recia era tornarse contra este mundo engañoso y desechar lo que en él florece, abrazar lo que él desecha; mas, después que contra mí puso todas sus fuerzas, inventando nuevos géneros de tormentos y deshonras, los cuales yo sufrí sin volverles el rostro, ya no sólo pareció flaco, pues encontró quien pudo más sufrir que él perseguir, mas aún queda vencido para vuestro provecho, pues, con mi ejemplo que os di y mi fortaleza que os gané, ligeramente lo podréis vencer, sobrepujar y hollar.» Pues mire el cristiano que como los que son del mundo no tienen orejas para escuchar la verdad de Dios, antes la desprecian, así el que es del bando de Cristo no las ha de tener para escuchar las mentiras del mundo, ni curar de ellas, porque ahora halague ahora persiga, ahora prometa ahora amenace, ahora espante ahora parezca blando, en todo se engaña y quiere engañar. Y en tal posesión le debemos tener, pues en tantas mentiras lo hemos tomado que, las medias que un hombre dijese, en ninguna cosa nos fiaríamos de él, ni aún en las verdades no le daríamos crédito.