Mi nombre es Olga, les voy a contar mi historia, lo que tuve que pasar para tener a mi hija.
Hace un año aproximadamente, conocí a un muchacho de origen español. Tuvimos una relación, vivíamos juntos, todo era bonito, color de rosa, me juró amor eterno, planes de boda, más no el tener hijos. En fin, pasaron los días y yo estaba esperando la regla, teníamos problemas como toda pareja, hasta que llegó el día.
Yo estaba enfadada, y le exigí que comprara el test de embarazo, lo compró y salió positivo. Yo me puse a llorar en ese momento, no sabía que hacer, que iba a pasar, y el me dijo que no tuviéramos al bebe porque no era el momento indicado y además nuestra relación se iba a enfriar, yo iba a cambiar mucho porque el ya pasó por esto y no quería que la historia se repitiera, me insistía que abortara.
Me acuerdo tanto como me dijo que solo era sangre retenida que ni siquiera tenia 1 mes, que no iba a sentir nada, entonces fue en ese instante cuando yo me toqué mi vientre y sentí un cambio en mi interior, sobre todo en mi corazón, vi la vida de otra manera y le dije ¡Voy a tenerlo! Y el necio me decía que no, que el trabajo estaba un poco flojo, que como lo iba a mantener, que era mucho gasto…. El salió de la casa azotando la puerta enfadado, yo en mi desespero, en mi angustia, sin saber que hacer llamé a mi madre a Ecuador y me dijo que no cometiera un crimen al quitarle la vida, que Dios me envió este bebe porque sabe que voy a ser una buena madre y para que mi vida sea de otra manera y Él me ayudará a hacerme responsable en cuidar, guiar y proteger al bebe.
Mi madre me dijo coge la Biblia y lee cualquier palabra y me salió el nacimiento de Sansón, entonces me di cuenta que mi madre tenía razón y estuve más decidida en tener a mi bebe.
Pasaron los días y él seguía con lo mismo, que sólo era sangre retenida, que con una inyección bastaba para que me viniera la regla… De pronto me vino como un sangrado, nos fuimos a urgencias, me hicieron una ecografía y el médico me dijo que estaba todo bien. Oí el latido de su corazón, me quedé de piedra y miré fijamente al papá de mi hija, yo ya estaba decidida a seguir con mi elección. Cuando salimos del hospital le dije que me había engañado, que no iba a ser capaz de quitarle la vida, él empezó a cambiar conmigo, todo le molestaba hasta que se cansó de mí y me dijo que me fuera de su casa, que lo sentía mucho y que no podía hacerse cargo, que lo sentía de verdad. Y así fue, él pasó de todo.
Una amiga también me dijo lo mismo que abortara, que como lo iba a mantener y aparte de eso que no va a tener papá. Yo hice oídos sordos y contra viento y marea y seguí adelante con mi embarazo, con la ayuda de Dios. No fue fácil, pero Dios estaba conmigo dándome fuerzas hasta que nació mi hija.
El Señor me dio la bendición de esta experiencia maravillosa de ser madre. No me canso de darle las gracias de tener esta dicha de ver la sonrisa de mi hija todos los días.
Olga