Mensaje del Obispo en el Domingo de Ramos.

En este domingo se da comienzo a una semana muy importante, es el centro de la gran obra de Dios, el tiempo de nuestra Redención. Dios se lo ha tomado muy en serio y está preparando todo con exquisito cuidado, es el tiempo del ejemplar y fiel amor entregado de Nuestro Señor por nosotros. En estos días veremos momentos de dolor y humillación, de fidelidad a la Voluntad del Padre y de triunfo y gloria. Veremos en la liturgia de este domingo que ambas cosas se unen, la alegría, los cantos y las alabanzas a Jesús a la entrada de Jerusalén, con el dolor y la Pasión. Aquello nos llena de gozo y esto nos desgarra por dentro. En este Domingo de Ramos, actualizamos la entrada de Jesús en Jerusalén, nosotros mismos portaremos ramas de olivo y palmas en nuestras manos y cantaremos: ¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!… Jesucristo entró en Jerusalén entre los gritos de alabanza de unos, la indiferencia e ignorancia de otros y la confesión de fe de los creyentes.Para hacernos una idea de lo que celebramos podéis observar que el sacerdote va vestido de rojo, propio de los mártires. Los vítores del Domingo de Ramos son el preanuncio del martirio en Cruz de Nuestro Señor. En este preciso momento es importante recordar la respuesta que dio Jesús a satanás en las tentaciones, porque es lo que quiere seguir haciendo, la Voluntad del Padre: «Mi alimento es hacer la voluntad del que me envió y acabar su obra» (Jn 4, 34). Jesús vive de la Voluntad del Padre, es su alimento. En la persona de Jesús aprendemos la victoria del bien sobre el mal, una victoria perenne.

En nuestro particular domingo de ramos, para nuestra vida ordinaria, debemos saber permanecer en la Voluntad de Dios, aunque, por permanecer en la virtud, se levante contra nosotros el poder de las tinieblas, pero no tengáis miedo. Sabiendo imitar a Cristo no debemos tener miedo, ni nos debemos dejar llevar de las dudas, pues –como decía San Pablo- “sabemos que a los que aman a Dios todo les sirve para el bien; a los cuales ha llamado conforme a su designio” (Rom 8, 28).

Si todavía queda alguien que pregunte, ¿cómo puedo yo descubrir la Voluntad de Dios? La respuesta es sencilla: participa en los Sacramentos, lee con atención la Palabra de Dios, no dejes la oración y practica la caridad. Te aseguro que distinguirás la voz de Dios con claridad y nitidez.

Presentación de la Carta Pastoral de D. José Manuel Lorca.

Presentación de la Carta Pastoral del Sr. Obispo con motivo del Año de la Fe: “La puerta abierta de la Fe”
Queridos sacerdotes, miembros de la vida consagrada y fieles laicos:

Nos disponemos a comenzar un tiempo muy especial, marcado por la invitación del Papa, Benedicto XVI, a que nos demos cuenta de la urgente necesidad de volver a descubrir el camino de la fe y para que los cristianos renovemos el don de la alegría, por haber reconocido el rostro de Cristo. La ocasión la ha elegido el Papa en este año donde coinciden estos dos aniversarios: el quincuagésimo de la apertura del Concilio Vaticano II (1962) y el vigésimo de la publicación del Catecismo de la Iglesia Católica (1992), que nos motivan a sostener la fe y ser, en medio del mundo, testigos gozosos y convincentes del Señor Resucitado.

Damos gracias a Dios, por la ocasión que nos brinda el Santo Padre de reconocer el gran regalo de la fe que tenemos, la posibilidad de actualizarlo en este año, en el ámbito personal y en comunidad, a través de los medios ofrecidos por la Diócesis y las parroquias. Fortalecidos en la fe, bien arraigados en Cristo e hijos de la Iglesia, podremos ayudar a los que andan atrapados en el ambiente social que nos rodea y les ciega para que no caigan en la trampa de pensar que Dios está ausente de sus vidas. El Año de la fe será también un camino que la comunidad cristiana brinda a los que viven con nostalgia de Dios y con el deseo de encontrarlo de nuevo.

Como pastor de esta Iglesia de Cartagena, por medio de esta Carta Pastoral, os animo a todos, sacerdotes, consagrados y laicos, a tomar conciencia de lo que significa este año para nosotros, de la importancia de las posibilidades que tenemos para crecer y confesar la fe. Os ruego que tengáis la valentía y el carácter de un cristiano, para sentiros llamados personalmente por el Señor a trabajar ilusionadamente en la tarea de la nueva evangelización a la que nos convoca la Iglesia. No necesitamos cosas extraordinarias, sino sentir que en el centro de nuestro ser está Jesucristo y que a Él es a quien seguimos, por eso debemos favorecer la primacía de la gracia, la oración perseverante, la escucha atenta de la Palabra de Dios y especialmente la Eucaristía, fuente y culmen de la vida cristiana, en el domingo, día del Señor.

Os propongo, al comienzo de este año, el modelo de fe de la Madre de Dios y madre nuestra, la Santísima Virgen María, “guía de la fe de la Iglesia”, “vida, dulzura y esperanza nuestra”. Su condición maternal nos alienta en la confianza, nos orienta para acoger la Palabra de Dios, sostiene nuestra esperanza y nos anima a vivir la caridad, la comunión fraterna y el dinamismo apostólico. Ella se ha fiado totalmente de Dios, conoce los recursos infinitos de la misericordia divina y nunca ha dudado que Dios escucha su plegaria. María es nuestro modelo de fe.

En nuestra Diócesis de Cartagena la apertura del Año de la fe será el próximo 28 de Octubre, a las 6 de la tarde, en la iglesia de Santa María de Gracia, de Cartagena; la celebración solemne de la profesión pública del Credo está señalada para el 21 de abril, día del Buen Pastor, en la plaza del Cardenal Belluga, y la clausura del Año de la fe la tendremos en noviembre de 2013.

Pido con fuerza al Señor, por intercesión de la Santísima Virgen María, modelo de fe, que nos ayude a cumplir su Voluntad con mucho ánimo, para bien de nuestros hermanos y que veamos los frutos en nuestras vidas y en el aumento de las vocaciones sacerdotales y a la vida consagrada.