A pesar de ser una mañana lluviosa y de resaca tras las fiestas de San Isidro, el pasado domingo 20 de mayo, solemnidad de la Ascensión del Señor, a las 12 del mediodía, cerca de un centenar de miembros del Camino Neocatecumenal de la Parroquia de la Purísima se dieron cita en el Jardín del Cespín para rezar laudes en familia.
Las nubes lo permitieron, ya que durante el tiempo de la oración no hubo inclemencia alguna, aunque sí comenzó a llover con posterioridad y las temperaturas bajaron.
Fue un momento de gozo en el que niños, jóvenes y mayores alabaron al Señor con la oración y los cantos.
Durante los laudes, presididos por el coadjutor de la Basílica, se leyó un evangelio al azar, el del amigo inoportuno, en el que se nos invita orar incluso a destiempo «os aseguro que si no se levanta a dárselos por ser su amigo, al menos se levantará por su inoportunidad, y le dará cuanto necesite. Yo os digo: pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá» (Lc 11, 5ss). Así, los congregados en el Cespín pidieron al Señor que el Espíritu Santo nos llene de su gracia para poder ser testigos de Jesucristo en medio de nuestra sociedad.
También dio su experiencia alguno de los asistentes, y se realizó la bendición sobre los niños y embarazadas.