«¡Gloria a Santiago, Patrono insigne, gratos tus hijos hoy te bendicen…!» Por José A. Abellán.

Son dos versos del Himno al Apóstol Santiago, Patrono de España, que se cantan en su Catedral-Basílica de Compostela.

Santiago ApóstolPor desgracia esa alabanza agradecida al Santo Apóstol, que nos trajo la Luz del Evangelio y que nos ha ayudado siempre a mantener firme la fe, hoy está muy adormecida. Por un lado influye en esto que no sea día festivo por decisión de los gobernantes y por otro que su protección no sea invocada con frecuencia pensando, quizás, que su patrocinio es innecesario.

Cuando la festividad de Santiago ha dejado de tener la relevancia social de antaño, nos toca a los católicos reclamar esa relevancia con mayor insistencia. ¿Por qué? Son varios los motivos:

1.-Aunque es verdad que la fe católica ha tenido diversos cauces para entrar y mantenerse viva y lozana en España no hay que olvidar que uno de ellos ha sido la conciencia común de que fue el Apóstol quien nos la trajo y que su cuerpo honrado en Compostela ha sido también un referente común de nuestra fe.

 2.-Invocando al Apóstol Santiago nuestros antepasados consiguieron la gran gesta de reconquistar para la libertad y la fe católica nuestro territorio patrio expulsando una cultura que quiso durante mucho tiempo arrancar el árbol de la Cruz de nuestra tierra.

 3.-De un tiempo para acá se ha despreciado todo lo que viniera de antiguo pensando que sería mucho mejor lo nuevo y más si lo antiguo llevaba el marchamo de poco sustentado en la verdad.

 4.-Apoyado en esos principios se puede comprobar que sin Tradición y sin Historia un pueblo se desmorona y la Iglesia no puede subsistir.

 Llevamos mucho tiempo despreciando la Tradición y la historia queriendo sustentarnos en conceptos inventados novedosos que no se apoyan más que en el gusto, el afecto y los personalismos y por ahí, además de no haber historia, no hay tampoco futuro.

En el Año de la Fe os invito a todos y a mi mismo a ser agradecidos al Apóstol Santiago bajo cuya devoción nuestra fe católica se sostiene teniendo una historia que contar y una tradición en que apoyarse y a ser agradecidos a su poderosa intercesión para que, como se dice en la oración de la Misa, “España se mantenga fiel a Cristo hasta el final de los tiempos.”

 Hay un texto de San Pablo que se leía en la Misa de Santiago antes de la reforma del Concilio Vaticano II para recordar la paternidad evangelizadora de nuestro Santo Patrono: “Pues aunque hayáis tenido muchos maestros en Cristo, no habéis tenido muchos padres. He sido yo quien, por el Evangelio, os engendré en Cristo Jesús.”(1Cor 4,15). Hoy la liturgia de la Palabra  hace más hincapié en el testimonio martirial del Apóstol, pero no por eso hay que olvidar ese patrocinio que Santiago ostenta y que a todos nos enorgullece.

 El día de Santiago os invito, pues, a que asistamos a la Misa, organicemos en nuestros hogares un ambiente festivo en la medida de lo posible y pidamos al Señor que nos conceda vivir con alegría la fe católica y podamos colaborar en extenderla entre todos aquellos que la tienen dormida, olvidada o no la conocen.

José Antonio Abellán.