Del 3 al 11 de agosto, 95 jóvenes participamos en la Peregrinación que la Parroquia de la Purísima de Yecla viene organizando los últimos años. Este verano el destino era Roma, Asís y Florencia.
Anticipadamente, el jueves 1 de agosto, tuvo lugar en la Basílica de la Purísima una celebración penitencial preparatoria para la peregrinación, y ya el sábado 3 de agosto a las 6 de la mañana partían los dos autobuses llamados “San Felipe Neri” y “Sta. María Goretti”. Al mediodía comimos y celebramos la Eucaristía en la Parroquia de San Salvador de Horta de la ciudad de Girona, y por la noche llegábamos a Marsella donde nos acogieron el párroco y seminaristas de la parroquia de Santa María. Allí hicimos escala para cenar, dormir, y al día siguiente, tras celebrar la eucaristía dominical, continuar el viaje hasta la ciudad de Roma, donde nos alojamos durante toda la estancia allí en el “Seraficum” (Facultad de Teología de los franciscanos).
El lunes 5, ya en la ciudad eterna, tras rezar laudes en la capilla de la casa que las Misioneras de la Caridad tienen junto al Vaticano, dedicamos la mañana a visitar la Basílica de San Pedro: los cuerpos de los beatos Juan Pablo II y Juan XXIII, la Piedad de Miguel Ángel, el baldaquino con la tumba de San Pedro, las criptas… e incluso subimos a la grandiosa cúpula para contemplar la vista de toda la ciudad. A la tarde, tras cruzar el río Tíber, celebramos la Eucaristía en la Chiesa Nuova donde se venera el cuerpo incorrupto de San Felipe Neri, e hicimos una ruta por el centro: plaza Navona, Fontana di Trevi, Panteón de Agripa…
El martes 6 comenzamos el día con la visita a la Basílica de San pablo extramuros para celebrar allí la Eucaristía. Luego pasamos por los Foros Imperiales para llegar al Coliseo. Por la tarde visitamos la Basílica de Santa María la Mayor donde rezamos vísperas en la capilla de la Patrona de Roma. Posteriormente continuamos la ruta hacia plaza de España, plaza del Popolo y la villa Borguesse.
No podíamos marchar de Roma sin rezar en las catacumbas. Así que el miércoles 7 celebramos la eucaristía en la basílica de Santa Inés, y descendimos al subsuelo para entrar en las catacumbas donde fue enterrada la joven virgen y mártir. A la tarde nos desplazamos hasta la ciudad de Ostia de cuyas playas disfrutamos largamente, para regresar ya a la noche a Roma, donde concluimos el día con la adoración del Santísimo por turnos de una hora.
Dejando ya la ciudad eterna, el jueves 8 salimos para Florencia donde llegaríamos a la noche, pero haciendo antes parada en Asís para visitar la Basílica y el Sepulcro de San Francisco, celebrar la eucaristía y rezar vísperas en Santa Mª de los Ángeles de la Porcíngula.
El viernes lo dedicamos a visitar la ciudad cuna del renacimiento, Florencia: la plaza de la Señoría, la Catedral, el Baptisterio… Pero sin lugar a duda, lo más esperado fue la acogida que nos dieron en la Parroquia de San Bartolo miembros del Camino Neocatecumenal, donde celebramos la Eucaristía y compartimos un ágape fraterno.
Ya sólo quedaba regresar a Yecla, pero haciendo escala para dormir el sábado en la Junquera, y celebrar ya el domingo por la tarde la Eucaristía de envío en la Parroquia de los Santos Evangelistas de Villareal.
Han sido unos días intensos donde los jóvenes participantes han tenido la oportunidad de encontrarse con el Señor en la oración personal ante el Santísimo, en la Eucaristía, en el rezo de laudes y vísperas, recibiendo el sacramento de la reconciliación, y escuchando los testimonios de fe que algunos de los propios jóvenes fueron dando en las distintas celebraciones.
Algunos testimonios de los jóvenes.