9º aniversario de la muerte de D. Dámaso Eslava, que fue Arcipreste de la Purísima.

El 27 de agosto hizo nueve años que dejó este mundo  en Murcia para partir a la casa del Padre D. Dámaso Eslava Alarcón, Párroco de la Purísima desde 1955 hasta 1964. Quizá la mayoría de los Yeclanos no nos acordemos de él, especialmente los más jóvenes, pero lo mayores le recuerdan con agrado.

Nació en Hellín en 1912. Durante la Guerra Civil, siendo ya diácono, estuvo en el frente de Extremadura y en los hospitales militares de Fortuna y Murcia. Fue ordenado sacerdote en 1939, siendo su primera labor la de coadjutor del Carmen de  Murcia donde reorganizó la juventud de Acción Católica. Pasó después a Párroco de San Pedro del Pinatar, donde fundó la Acción Católica y construyó la Iglesia del Carmen de Lo Pagán.

En 1955 se presentó a las entonces existentes oposiciones a parroquias en propiedad, teniendo como resultado el poder elegir entre varias. Pero D. Dámaso mandó recado al Sr. Obispo informándole de su plena disponibilidad para lo que el prelado necesitara. Así fue como, para sorpresa suya, recibió posesión de la Basílica de la Purísima Concepción de Yecla, ejerciendo el cargo de Párroco y Arcipreste desde el 21 de febrero de 1955 hasta junio de 1964, momento en el que el Obispo le pidió que se encargase de la dirección espiritual del seminario san Fulgencio de la diócesis. En Yecla impulsó la Acción Católica, fundó la Escolanía Parroquial, acabó las pinturas en la Basílica por Muñoz Barberán, construyó las Escuelas de San Nicolás y el grupo de casas Juan XXIII, y creó los centros de Cultura Popular y Promoción de Adultos. Pero sin lugar a duda la mayor huella fue su labor espiritual impulsada y alentada por su vida de unión a Dios: las largas horas oración ante el Sagrario, la atención del confesonario, las visitas a los enfermos, su prédicas, retiros y ejercicios espirituales cargados de profundidad…

Antonio del Moral dijo de él: «era el buen pastor, tan divinamente espiritual como humanamente afable».

Sus últimos años los pasó en la Casa Sacerdotal de Murcia, desde donde atendía en dirección espiritual y confesión a multiud de sacerdotes y seminaristas, siendo su apartamento, situado en el sexto piso, faro de luz para guiar hacia Dios las vidas de los que le pedían consejo y dirección.

(Parte de esta información está tomada de: «Yeclanos», de Miguel Ortuño Palao, Ed. del Azar 2010, p. 91).

Puntos para meditar: «Examen sobre la amistad con Jesucristo«, de D. Dámaso Eslava.

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