Hace un tiempo, leyendo un libro del Cardenal de Viena, Mons. Schönborn, me llamó la atención lo que afirmaba, hablando sobre la evangelización a los jóvenes: «Aunque evangelizar directamente suponga un gran gozo, existe también un inmenso temor a hacerlo. Yo soy un auténtico cobarde cuando se trata de hablarle a alguien de mi fe cara a cara y en plena calle; y creo que no soy el único en temer ese gesto tan simple de anunciar el Kerygma, ¡ la buena nueva! Sin embargo, cada vez que he vivido una experiencia de este tipo, me he sentido inmensamente feliz.»
Nosotros a veces nos sentimos como el cardenal de Viena, «cobardes» ante la evangelización. Como respuesta a esta dificultad, el Cardenal Schönborn, junto con unos jóvenes, tuvieron la idea de evangelizar en la calle por medio de unas «Cartas de Amor de Dios» con motivo de San Valentín. Cuenta en su libro, que en Viena se repartieron más de 200.000 cartas, escritas por jóvenes para los jóvenes. En ellas, los jóvenes cristianos intentaron expresar el amor que Dios tiene por todos los hombres.
Esta idea nos sirvió para que también los chicos de Confirmación pudieran anunciar a los jóvenes de Yecla el Amor que Dios les tiene. Así, la semana pasada, durante las sesiones de catequesis se pusieron manos a la obra. Cada joven, con la ayuda de los catequistas, trato de plasmar por escrito lo que ha sido su experiencia de fe, el encuentro con el Amor más grande. Una vez elaboradas, se echaron a la calle para hacerlas llegar a todos los que están necesitados de una Buena Noticia que colme de sentido sus vidas y aliente la esperanza ante las situaciones difíciles.
Aunque en un primer momento pudiera parecer «dificil» o sintiéramos «temor», podemos decir con el Salmo 125: «Al ir, se va llorando, llevando la semilla; más al volver, se viene cantado trayendo las gavillas».