“VENGA A NOSOTROS TU REINO”
Comenzamos el tiempo de Adviento que nos anuncia la inminente venida del Señor al final de los tiempos para la que tenemos que prepararnos. Él nos lo prometió: “Me voy a prepararos sitio. Cuando os prepare sitio vendré y os llevaré conmigo para que donde yo estoy estéis también vosotros”(Jn 14,3-4). Esa es nuestra confianza, nuestra esperanza, nuestra certeza. Para ayudarnos a esperar cada año vamos contemplando la obra salvadora del Señor desde su humilde Encarnación en el seno inmaculado de la Virgen María hasta su gloriosa Ascensión a los cielos, escuchando sus enseñanzas y queriendo obedecer sus mandatos.
El Señor nos enseñó a rezar para que unidos a Él supliquemos al Padre vivir siempre en la certeza de su amor. La segunda petición del Padrenuestro que Jesús nos enseñó es “Venga a nosotros tu Reino” ¿Qué significa esa petición de cara al tiempo del Adviento que nos disponemos a celebrar?
Veámoslo: Decir que venga el Reino de Dios a nosotros no significa que venga un sistema político donde la Iglesia tenga poder terrenal. La Iglesia sabe vivir en todos los sistemas, en unos con más comodidad y en otros con mayor dificultad, pero sabe vivir en todos. ¡Cuántas veces se acusa a la Iglesia Católica de ser manipuladora de la política aunque bien se sabe que no es verdad!. Decir que venga el Reino de Dios a nosotros no significa que deseamos una sociedad donde todas las personas tengan la misma escala de valores y de convicciones. Bien sabemos que “la fe no es de todos”(IITes 3,2), como nos recordó San Pablo.
Decir que venga el Reino de Dios significa que los que rezamos esa oración deseamos que en nosotros reine Cristo, que “tengamos entre nosotros los sentimientos de Cristo…”(Flp 2,5), que la Palabra de Cristo habite entre nosotros con toda su riqueza… (Col 3,16) El Reino de Dios es Dios mismo en el Misterio de su Santísima Trinidad habitando en nosotros y uniéndonos a Él, y esto es posible gracias a que el Señor instituyó la Iglesia donde se anuncia su Palabra, se reciben sus Sacramentos, especialmente la Sagrada Comunión, y se puede convivir con otros hermanos que tienen la misma fe formando la Gran Familia de los hijos de Dios en medio de este mundo. Decir que venga el Reino de Dios es pedir que la Iglesia de la que formamos parte sea cada vez más consciente de ese regalo divino, que los que la formamos deseemos con mayor constancia conocer al Señor y vivir con Él, que deseemos con mayor insistencia convivir entre nosotros en paz y perdón.
Y esto se puede concretizar en lo siguiente:
1.-Leer más las Sagradas Escrituras para conocer mejor a Cristo.
2.-Buscar tiempo para la oración personal, para la adoración al Señor y para la meditación de los Misterios de nuestro Salvador.
3.-Asistir con mayor frecuencia a la Santa Misa, especialmente los domingos, para recibirlo en la Comunión.
4.-Hacer obras de caridad para con los pobres, los ancianos y los necesitados y visitar a los enfermos.
5.-Acudir a la intercesión de la Virgen María rezando el rosario.
6.-Querer perdonar las ofensas y desprecios de los demás.
7.-Defender la vida y la dignidad de las personas en cualquier situación en la que se encuentren.
8.-Confesar con frecuencia los pecados para experimentar el Amor Misericordioso de Dios y aprender a perdonar a los demás.
Cada uno puede aumentar la lista con aquello que crea conveniente pero todos con el mismo fin: Querer de verdad que el Reino de Dios venga a nosotros, que Cristo salve a esta generación de la perdición a la que está abocada, que el Señor tenga misericordia de todos y nos dé la gracia de creer en el Cielo y en la Vida Eterna, es decir, en una vida plena, no vacía, feliz, llena de amor y de futuro.
¡Feliz Adviento para todos!
José Antonio Abellán.