Invitación de D. José Antonio a la «Segunda Semana por la Vida».

El martes 28 da comienzo en nuestra ciudad de Yecla la “II Semana por la Vida”. Amar la vida, valorarla, protegerla, es tarea de todo ser humano. Los cristianos tenemos en ese sentido ventaja informativa gracias a la fe que hemos recibido, pero la recta razón y la conciencia sin necesidad de la fe es suficiente para entender que la vida es mejor que la muerte y que la raza humana debe ser protegida en todos y cada uno de sus miembros. Vamos, que no hay seres humanos de primera y otros de segunda, y que nadie tiene derecho a matar a nadie o manipularlo por interés particular.

cartel por la vidaPues esto que es tan claro no todos lo quieren organizar así. Yo en eso veo malicia, porque no veo verdad. ¿Quién puede pensar que es bueno eliminar a una criatura en el seno de su madre? ¿Quién puede pensar que es bueno quitarle la vida a un enfermo, a un anciano, a un deficiente…?

Sólo hay un modo de justificar todas esas barbaridades y es afirmar que los seres humanos no somos seres en relación: que el bebé no está en relación con la madre y viceversa, que el enfermo no es hijo, padre, abuelo… del que está sano. Sólo hay un modo de justificar todas esas barbaridades: que no somos seres en relación unos con otros y sí somos seres en relación con el poder omnímodo del Estado que decide quién debe vivir y quién debe morir. Por Estado me refiero en primer lugar a los políticos que en los Parlamentos votan leyes para la muerte por intereses oscuros, por presiones económicas, por voluntad de eliminar estadísticamente una cantidad de seres humanos. Pero por Estado me refiero también a todos los ciudadanos que ante esas decisiones parlamentarias de los que dicen que legislan en nombre nuestro no decimos “¡Basta!” y les explicamos que no tienen derecho a legislar lo que se les ocurra. Tienen la obligación de legislar siempre para el bien y nunca para el mal, y no hay razón alguna suficiente para quitar la vida a un inocente, a un ser débil, a ninguna persona humana que padece la debilidad de la carne de la que todos estamos hechos.

Decía la Beata Teresa de Calcuta que el país más pobre de la tierra era aquel en el que estaba aprobado el aborto. Y tenía razón. Los otros países pobres lo serán en medios económicos y en remedios posibles, pero no son pobres en vida. Nosotros, los pueblos abortistas y defensores de la eutanasia somos pobres en vida humana, somos muy pobres porque no sabemos amar, ni acoger, ni proteger, ni defender a los inocentes,

Aprovechemos esta “II semana de la Vida” en Yecla para convencernos cada vez más del precioso y único valor de cada vida humana y nos comprometamos activamente a defenderla.

José Antonio Abellán

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