El domingo pasado celebramos la fiesta de la Resurrección del Señor, la fiesta de las fiestas, el domingo origen de todos los domingos del año. Hasta el domingo 8 de junio, domingo de Pentecostés, estaremos celebrando este acontecimiento que ha supuesto un salto cualitativo en la existencia humana, un salto aparentemente pequeño, como son todas las cosas al principio, pero irreversible: la victoria sobre la muerte. Esa victoria la consiguió Jesucristo para él y para todos nosotros los miembros de la raza humana. Él es el primero, pero detrás de Él iremos también nosotros. La muerte no es el fin, el fin es la vida, por eso trabajar por defender y salvar la vida es lo más progresista que pueda existir.